
Cuando uno invierte en bolsa por primera vez, una de las decisiones más comunes es invertir en los valores que conoce y considera «seguros», como pueden ser los bancos Santander o BBVA, así como la empresa de telecomunicaciones Telefónica. Estas personas suelen tomar su decisión con la excusa de que «la acción ha caído mucho y ya solo puede subir».
En este artículo voy a argumentar por qué invertir en bancos no me parece la mejor decisión a largo plazo independientemente de que algunas acciones bancarias hayan caído alrededor de un -80% desde sus valores máximos y a simple vista sus múltiplos de valoración parezcan baratos.
Que los bancos se queden fuera de mi lista de inversión no significa que no se pueda hacer dinero con ellos, simplemente prefiero otras opciones que considero menos arriesgadas y más rentables.
Índice
Invertir en bancos es hacerlo en negocios commodities.
Los bancos tienen negocios commodities. Esto significa que no tienen un producto único y exclusivo diferenciado del resto de la competencia, sino que ofrecen un servicio que es fácilmente replicable por otras entidades y suelen competir por precio y calidad de servicio.
No es de extrañar que cuando una entidad bancaria inicia la «guerra de hipotecas», casi todas las demás se vean obligadas a competir por precios si quieren seguir captando clientes. Al entrar en esta «guerra», reducen sus márgenes y rentabilidades, lo que afecta directamente a los accionistas.
Estas «guerras comerciales» entre ellos ocurren todo el tiempo y en la mayoría de sus negocios principales, ya sea hipotecas, depósitos, financiación al consumo, tarjetas, seguros, etc.
Cuando una empresa debe competir por precios, suele salir de mi lista de «invertibles» la mayoría de las veces, independientemente del precio.

Los bancos van ganando dinero poco a poco hasta que pierden mucho de golpe
Cuando la economía va bien y los bancos dan crédito con poca morosidad todo es perfecto y los riesgos se olvidan. El problema viene cuando se entra en periodos de recesión, la economía cae o simplemente hay eventos negativos e inesperados.
Es aquí donde más se diferencian las empresas buenas de las malas, y los bancos empiezan a hacer provisiones para los futuros impagos que le vienen, reduciendo su cuenta de pérdidas y ganancias una vez más.
Por poner un ejemplo de la magnitud del problema, si una entidad bancaria presta 10.000 euros al 10% y este crédito se declara moroso en su totalidad, el banco necesitará nuevos préstamos por 100.000 € para compensar la pérdida.
Si bien es cierto que por ejemplo, en el caso del crédito hipotecario se necesita un aval que disminuya la pérdida bancaria en el caso de impago, no es propio del negocio bancario otorgar préstamos para que no le sean devueltos y recibir un inmueble.
Esto ocurrió en la crisis del año 2008, por aquel entonces la morosidad aumentó a gran escala y los bancos comenzaron a llenar sus balances de casas (ver noticia aquí). Además de que en ese momento les resultaba muy difícil venderlos por la situación, tuvieron que hacer «provisiones adicionales» porque esos pisos habían bajado de precio, en el mejor de los casos un 10% o 20% menos.
Son negocios apalancados

Los bancos son negocios apalancados por la naturaleza de su negocio.
Cuando una entidad bancaria concede un préstamo no se hace con dinero íntegro del banco, sino que se financia en parte gracias a los depositantes, gracias a la emisión de deuda del propio banco, o simplemente por la financiación de los bancos centrales.
Cuando un banco presta dinero que no es suyo con intereses, la rentabilidad aumenta de forma considerable siendo una actividad muy lucrativa, pero en caso de que haya impagos por una gestión de riesgos imprudente las pérdidas se incrementan de manera significativa, poniendo en riesgo el patrimonio de la entidad.
Imaginemos un banco que tiene una cartera de préstamos de 1.000.000 de euros y su ratio de apalancamiento es 1:10, es decir, del millón de euros que tiene prestado solo 100.000 euros son del propio banco.
En el caso de que se impague un 5% de la cartera, es decir, 50.000 €, el «equity» del banco pasaría de 100.000 euros a 50.000 €, perdiendo un 50% de su valor. Si la situación es más grave puede incluso hasta quebrar. No es de extrañar que las mayores quiebras de la historia esté llena de grandes bancos (ver artículo sobre las mayores quiebras de la historia)
Además, aunque el banco sea solvente pero se extienden rumores sobre su mala situación financiera, puede llevar a la entidad a quebrar por el simple hecho de que todos los depositantes quieran retirar el dinero al mismo tiempo. En este caso pueden producirse los temidos corralitos, en los que los que se limite la retirada de dinero o incluso que los clientes del banco pierdan parte de sus ahorros. Esto ya es conocido en Argentina, pero en Europa también pasó hace unos años en Chipre (ver noticia). También ha estado cerca de ocurrir en España durante la crisis (ver aquí) y años más tarde con Banco Popular (ver noticia aquí).
Lea también mi artículo sobre la evolución del sistema bancario español desde la crisis
Los bancos tienen necesidades de capital que disminuye su rentabilidad
Debido a la crisis financiera, los agentes reguladores decidieron que los bancos debían cumplir más requisitos de solvencia y liquidez, pues estaban demasiado apalancados.
La regulación bancaria de Basilea III surge como un intento de solucionar estos problemas, y exige entre otras cosas más capital regulatorio para evitar que los bancos quiebren y creen grandes problemas a la economía.
Además los bancos más grandes son considerados de riesgo sistémico, por lo que adicionalmente también se les exige un porcentaje mayor de capital, lo que en teoría los hace menos rentables. Ahora las entidades financieras necesitan más capital propio que hace unos años para prestar dinero (o equivalentes como bonos convertibles a equity).
Con esta normativa se intenta que las propias entidades financieras y sus accionistas paguen los excesos y la mala gestión de riesgos con colchones extra de capital, evitando problemas en épocas malas y que los estados tengan que rescatarlos.
Están muy ligados al ciclo
Los bancos dependen por completo de la economía.
Si no se genera actividad nueva o se incrementa mucho el paro las entidades financieras tendrán más problemas que si la economía crece.
Si nos fijamos bien, en época de crisis los bancos y otras empresas cíclicas suelen bajar más que el mercado en general por este motivo y por el apalancamiento.
No es fácil analizarlos

No es fácil analizar un banco y darle un valor objetivo, pues son diferentes al resto de empresas y su «equity» es muy sensible por el alto apalancamiento.
Tampoco es fácil ver que banco tiene una mejor gestión de riesgos antes de una crisis, pues no solo depende de que gestione su crédito de manera adecuada, sino que también lo haga con el resto de riesgos (riesgo operativo, reputacional, de mercado, etc).
Además y poniendo un ejemplo, no es lo mismo analizar un banco español que uno americano. Por poner un ejemplo sobre esto, una métrica tan básica como la morosidad se mide de manera diferente en España y Estados Unidos, no siendo comparables.
Si intentas analizar bien una entidad financiera como estas, debes de tener muchas cosas en cuenta.
Existe alto riesgo tecnológico en la banca

Si ya de por sí invertir en bancos es «para valientes», ahora llega el riesgo de las fintech y el riesgo tecnológico.
Hasta ahora pensamos que la competencia del Banco Santander o del BBVA son Bankinter, Unicaja, La Caixa, etc.
Esto es cierto ahora mismo, pero poco a poco, a medida que las empresas tecnológicas se hacen más grandes y la tecnología se hace más accesible, empiezan a aparecer fintech que están entrando en el negocio.
Si bien la competencia ahora parece que está en «medios de pago», no es de extrañar que vaya pasando poco a poco a otras partes como crédito al consumo o incluso hipotecas.
Está por ver cómo se desarrolla todo, si Google, Facebook, Amazon o Apple acceden al negocio y si la banca es capaz de defenderse o pierde cuota de mercado.
Lea también Motivos por los que invierto en Google o si lo prefiere motivos por los que invierto en Microsoft.
Dependen de los tipos de interés más que cualquier otro negocio
Me gusta ser accionista en empresas que tienen poder de fijación de precios y pueden controlar lo que van a ganar de manera más o menos predecible.
Los bancos no son ese tipo de negocio. En primer lugar dependen de los tipos de interés para dar un beneficio u otro. Mientras más altos sean los tipos mayor margen financiero pueden conseguir. En segundo lugar como ya se ha comentado están en continua «guerra de precios» y en tercer lugar, en ocasiones tienen que hacer «provisiones extraordinarias» porque no se han medido bien los riesgos.
La tesis de muchos inversores en bancos es que los tipos de interés están muy bajos y esto no debería de ser así siempre. Si bien estoy de acuerdo porque la economía está intervenida por los bancos centrales, mi visión como inversor es que no tengo ni idea de que harán los tipos en el corto y medio plazo y que prefiero depender poco o nada de variables externas como esta para generar una rentabilidad u otra.
En mi opinión existen empresas y alternativas mucho mejores que los bancos, aunque «ópticamente no estén tan baratas».
Cartera de bonos
Los bancos suelen tener grandes carteras de deuda pública y privada.
Hace unos meses se dio la paradoja de un posible impago en la deuda italiana. ¿ Cuál creeis que fue la reacción de los bancos en general? Pues sí, caídas fuertes en bolsa por la enorme concentración de forma apalancada ante estas emisiones. (ver noticia aquí)
Además, ante el riesgo inminente, los tipos de interés de la deuda italiana subieron, por lo que la valoración de la cartera de los bancos bajó.
Los bancos aun están sobredimensionados
A pesar de que se han hecho grandes esfuerzos y se ha reducido la enorme red de sucursales con la que contaban los bancos, las medidas todavía son insuficientes.
Actualmente la gran mayoría de personas ya opera a través de internet o el teléfono móvil. Si bien es cierto que todavía hay personas que no lo hacen, no es necesario una sucursal en cada esquina para dar el servicio, con los costes que eso tiene.
La tendencia es que estas redes se sigan haciendo más pequeñas, lo que supone un coste adicional en despidos, cierres, etc.
¿Invertir en el Santander o BBVA?
Cada uno es responsable de analizar donde invierte y sacar sus propias conclusiones. En el artículo no estoy diciendo que estas empresas no sean invertibles o no se pueda hacer dinero con ellas, simplemente que no cumplen los criterios de inversión que yo le pido a las empresas.
A priori la banca cotiza barata, alrededor de 0,50x Precio / Valor contable tangible, pero particularmente, no estoy de acuerdo en dejar mi dinero en un sitio donde me resulta tan difícil estimar el valor que se generará (o destruirá) para los próximos 10 años.
Mi intención es hacer ver que lo que ópticamente parece muy barato, si se dan ciertos riesgos quizás no lo sea tanto, y personalmente no quiero depender de estas cosas para ganar o no dinero.
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Nota: Este artículo se trata de una opinión personal y no una recomendación de compra-venta de valores.
El autor es accionista de Amazon, Apple y Google.