
Antes de la crisis financiera de 2008, en las universidades se estudiaba como una verdad indudable que cuando una entidad prestaba dinero a alguien, el primero recibía unos intereses a cambio de asumir un riesgo de contrapartida, sin que los tipos de interés pudieran ser negativos.
También, si un alumno hubiera hecho una simulación con precios del petróleo negativos, este habría recibido burlas y seguramente un suspenso por parte del profesor.
Pues bien, estos hechos han ocurrido en la última década, con la mayoría de los bonos de renta fija en terreno negativo y las bolsas en máximos. Además, todo esto en unos años, 2020 y 2021, en el que tenemos una pandemia mundial (COVID-19) asolando todas las economías.
¿Qué está ocurriendo entonces? ¿No deberían bajar las bolsas si la economía está en recesión? ¿Existe una burbuja financiera? ¿Es buen momento para invertir en bolsa?
A raíz de la crisis de 2008, los bancos centrales comenzaron a imprimir dinero una cantidad no vista hasta la fecha, con el objetivo de mantener la inflación al 2% y de reanimar la economía.
Para alguien que no sepa como funciona la generación de inflación por parte de los bancos centrales, es algo sencillo, y a la vez complejo, donde intervienen diferentes factores.
Por simplificarlo, imaginemos el juego del «Monopoly», donde las calles del juego, de media valen 100.000 euros.
Cada vez que un jugador pasa por la casilla de salida, este recibe 20.000 €, como «una impresión de dinero». Con esta cantidad y esa impresión de dinero ese jugador necesitaría pasar 5 veces para comprar una calle promedio.
¿Qué ocurre si en lugar de 20.000 € los banqueros del juego deciden dar 2.000.000 € cada vez que se pasa por la casilla de salida? Este hecho haría que el precio de los bienes del juego, en este caso las calles, aumente, porque hay mucho dinero en circulación para los mismos recursos, que los jugadores tendrán que destinar a la compra de esos activos.
La impresión de dinero y la llegada a la economía ha generado inflación en dichos activos del juego.
También se puede decir que el precio del dinero en esa partida del monopoly disminuye porque la oferta de efectivo aumenta.
Por poner otro símil, el agua no vale lo mismo en el desierto que en una zona de ríos y manantiales en abundancia.
En el desierto la «oferta» de agua es limitada o casi nula. En el segundo es muy amplia.
Si el agua fuera la moneda de cambio, una persona en el desierto estaría dispuesto a ofrecer «muchos bienes» a cambio de agua, algo que no ocurriría en otro lugar.
Mientras más oferta de dinero haya en circulación, menos valor tiene y mientras más dinero se «imprima«, más inflación habrá.
En la economía real, la impresión de dinero por parte de los bancos centrales se hace de diferentes maneras, entre las que pueden destacar las siguientes:
- Rebajas de los tipos de interés oficiales, con el objetivo de que las entidades bancarias pidan más dinero prestado y lo introduzcan en la economía.
- Compras de activos financieros por parte de los bancos centrales, principalmente bonos. Si un país o empresa necesita emitir bonos para captar dinero, seguramente y cumpliendo ciertos requisitos el banco central compre parte de esos activos, introduciendo dinero en la economía e «inflando» los precios.
Activos en balance de los bancos centrales en 2020
Vamos a poner en una imágen el dinero que han estado imprimiendo los principales bancos centrales del mundo durante esta última década:
El Banco Central Europeo, la FED americana y el Banco Central de Japón han acumulado 22,5 trillones de dólares en sus balances, multiplicando por más de 5x desde la crisis de 2008.
¿Por qué no ha generado inflación la impresión masiva de dinero?
En mi opinión, lo de que no ha generado inflación no es cierto, pues si que hay inflación en activos financieros, como los bonos o la bolsa, que están en máximos. El dinero no termina de llegar a la economía real, pero si llega a los mercados financieros.
Si no has leído mi artículo sobre los efectos destructivos de la inflación, te recomiendo su lectura haciendo clic aquí.
Si no se percibe una gran inflación en la economía real, puede ser por varios motivos, como que la gente ahorre más y no ponga el dinero en circulación (lo que es deflacionario), que la deuda total de personas y empresas no aumente por la incertidumbre para llevar a cabo nuevos proyectos, o que simplemente por el contexto de la situación se destruya más riqueza y empleo que haga que circule menos efectivo en la economía, como está ocurriendo ahora.
Todo esto sin tener en cuenta la demografía a largo plazo, que también influye.
Si ponemos el ejemplo de la deuda emitida y financiada en gran parte por los bancos centrales, vemos que en España el sector privado desde la crisis de 2008 cada vez amortizaba más préstamos sacando dinero de la economía real y mejorando la solvencia de las empresas.
Pero esto ha cambiado en 2020. Con la crisis del COVID-19 la falta de liquidez ha hecho que las compañías hagan justo lo contrario, es decir, que pidan crédito a la banca para poder sobrevivir a los cierres y confinamientos. (Fuente: ABC y Banco de España), pidiendo prestado el efectivo que «se está eliminando».
El gráfico anterior es del sector privado, vamos a ver ahora la deuda emitida por el gobierno, que aumenta principalmente para financiar la caída de los ingresos a partir del año 2008.
Esto suele ocurrir en todas las crisis, ya que los gobiernos por no «reducir gastos» en épocas malas donde el PIB cae y se ingresa menos, se suelen endeudar más empeorando la solvencia del país.
El PIB alcanzado en 2008 no se recuperó hasta el 2016, por lo que la destrucción de dinero de la economía real y la caída de ingresos se ha compensado estos años fundamentalmente con deuda del estado.
¿Por qué la deuda de los países y la renta fija está en tipos negativos si el endeudamiento está en máximos?
La impresión masiva de dinero por parte de los bancos centrales para comprar activos de renta fija y «dopar» a la economía está reduciendo los tipos de interés y provocando «inflación en los activos financieros».
Imagina que eres un inversor que busca un «lugar seguro» para su dinero, y sabes que la deuda pública de un país como Italia o España, con sus tipos de interés cercanos al 0%, está siendo comprada y respaldada de manera regular por el BCE, que le interesan unos tipos de interés bajos para que los países no pasen problemas y puedan seguir endeudándose, gastando, e introduciendo dinero en la economía.
Los inversores piensan que mientras esto siga así y no existan alternativas de inversión mejores, los tipos de interés no deberían subir, manteniendo los altos precios y bajas rentabilidades de los bonos, pero a la vez asumiendo elevados riesgos por bajas rentabilidades, en los que seguramente pierdan dinero en términos reales.
La «burbuja» existente es probable que tarde más tiempo en explotar por estos motivos, ya que no interesa explotarla. Esto puede ocurrir en unos meses con algún evento negativo o en años.
Con todo esto, el BCE ya acumula más del 25% de la deuda española en su balance, que es más de 322.000 millones de euros (vea más aquí).
Países como España y Portugal han alcanzado tipos negativos en sus bonos a 10 años en momentos puntuales, con problemas estructurales graves en temas como deuda (superior al 100% del PIB), pensiones o demografía.
Además, si hablamos de tipos de interés reales (con la inflación incluida), existen pocos países en los que sus bonos tengan tipos de interés positivos, como se observa en esta imagen (de 2019).
Si bien es cierto que los tipos de interés reales en 2020 son incluso más negativos que en los de la imagen (puede ver los tipos de interés en tiempo real aquí).
Un inversor que compre bonos al 0-1% a vencimiento, tendrá pérdidas aseguradas en su poder adquisitivo real si la inflación es mayor a su rentabilidad en el mismo plazo.
¿Existe burbuja en la bolsa?
Después de entender el contexto económico actual con los tipos de interés intervenidos, en mi opinión, la gran mayoría de los activos financieros se mantienen artificialmente altos por la intervención de los bancos centrales, que mantienen «muy barato el dinero».
Esto no quiere decir que la bolsa no siga subiendo, pues si los tipos de interés se mantienen bajos durante largos periodos de tiempo y los bancos centrales siguen imprimiendo dinero es probable que estos activos sigan subiendo los próximos años.
En cualquier caso, cualquier inversor debe de saber los riesgos que asume en este contexto económico y que ocurriría si los tipos de interés suben.
Además, no hace falta irse muy lejos para ver qué ocurriría ante una subida de los tipos de interés, pues ya ocurrió con las subidas de tipos de la Fed y las bajadas de todos los activos financieros en 2018.
Personalmente creo nadie puede prever que van a hacer los tipos de interés en los próximos años, pero a pesar de los vaivenes de la bolsa, me siento más cómodo teniendo acciones antes que dinero en efectivo o bonos por los motivos anteriores y los posibles repuntes inflacionarios, en los que se perderá dinero a largo plazo con una alta probabilidad.
En las acciones de calidad siempre es más fácil fijar precios con la inflación o por encima de ella que en otras de menos calidad.
Similitudes con la burbuja punto com
En el año 2000 existían dos polos en la bolsa bien diferenciados, por una parte las acciones tecnológicas, que estaban especialmente caras y terminaron con caídas de más del 50%, y por otra el resto del mercado, a precios más racionales. (Ver burbuja punto com).
En la actualidad y en mi opinión, a pesar de haber alguna similitudes, la situación es diferente y no toda la tecnología está cara.
Existen nuevas empresas recién salidas a bolsa que han tenido rendimientos espectaculares y descuentan expectativas muy prometedoras, cotizando a múltiplos muy elevados estando en etapas muy tempranas y aun con pérdidas en sus cuentas de resultados.
Esto puede dar lugar a grandes caídas en esas compañías si no cumplen con sus previsiones.
Estas han sido las salidas a bolsa en la bolsa americana desde 2010 hasta 2020 y sus rentabilidades:
Por otra parte existen otras empresas tecnológicas que aunque no dejan de ser jóvenes, ya han alcanzado cierta madurez. Sus múltiplos son altos por la calidad y el contexto de tipos de interés bajos, pero no excesivamente altos como para considerarlas una burbuja, en mi opinión.
Entre ellas pueden estar Google, Microsoft, Visa, Paypal o Amazon.
Con todo esto no estoy diciendo que unas u otras sean buenas o malas inversiones, pues para ello habría que hacer un análisis exhaustivo de cada una de ellas y entender el contexto de tipos de interés que he explicado.
¿Cuándo estallará la burbuja de los tipos de interés?
Nadie tiene la bola de cristal para predecir los tipos de interés, la evolución de la economía y de la inflación.
Por ello es muy difícil, sino imposible predecir cuándo volverán a subir los tipos de interés y a corregir los activos financieros.
En cualquier caso y concluyendo este artículo, es necesario entender los riesgos antes de invertir, entender cómo afectan los tipos de interés a tus inversiones, la probabilidad de escenarios inflacionistas a largo plazo y el riesgo de ahorrar en efectivo en lugar de en otro tipo de activos.
Las acciones de calidad son la mejor manera de mantener y aumentar el poder adquisitivo con el paso del tiempo, como se puede observar a lo largo de la historia.
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