
Comprar con dinero que no se tiene es tentador y posible gracias al sistema financiero, la confianza y la seguridad jurídica que existe en la sociedad avanzada. Cuando digo posible, no quiere decir que siempre sea la mejor decisión, por lo que en este artículo detallaremos los diferentes tipos de deuda que existen, cuándo es bueno apalancarse y cuando no.
Índice
Diferencias entre deuda buena y deuda mala.
Se tardan 20 minutos en pedir 200.000 € en el banco para comprar un inmueble. En cambio, nos llevaría años ahorrar esa cantidad si queremos pagarlo de una sola vez.
Si usamos el apalancamiento de manera adecuada, nos puede impulsar hacia la riqueza de manera rápida y directa. En cambio, un mal uso de las deudas, nos puede empobrecer aceleradamente.
Deuda buena.
La deuda buena se utiliza para comprar cosas que aumentan su valor en el tiempo, produciendo mayor rendimiento que los intereses que pagamos. Este nuevo valor lo obtenemos en forma de rentas o de revalorización.
Un ejemplo es endeudarse para comprar inmuebles que alquilemos y se revalorizan en el tiempo, o apalancarse para abrir negocios e invertir bien.
Esta deuda, bien gestionada, nos hace ricos de manera más rápida que si no la usamos, apalancando nuestros recursos.
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Deuda mala.
Por el contrario, nos referimos a deuda mala cuando nos apalancamos para comprar algo que pierde valor en el tiempo, como un coche, un viaje o un objeto de consumo.
Al adquirir este tipo de obligaciones, perdemos valor con nuestra adquisición financiada, y pagamos una cantidad nada despreciable de intereses.
La deuda mala nos hace más pobres, ya que estamos financiando cosas que no generan nada, y además pierden valor en el tiempo.

Ejemplos de apalancamiento financiero.
A continuación, ponemos ejemplos de deuda buena y deuda mala, sin entrar en si son o no una buena inversión.
Hipoteca de un apartamento en la playa.
Una hipoteca de un apartamento en la playa que no alquilamos y solo disfrutamos tres semanas al año sería deuda mala, ya que nos está generando gastos e intereses. Estamos perdiendo dinero y no le estamos sacando ningún rendimiento.
Si pagamos pocos intereses y hemos pagado un precio de derribo se puede convertir en deuda buena, ya que aumentaría su valor y lo podríamos volver a vender con ganancias.
En general, existen diversas opiniones de si los inmuebles para uso propio que son comprados con deuda son apalancamiento bueno o malo. En un primer momento no generan rentas y sacan dinero de nuestro bolsillo, pero tienden a revalorizarse con el tiempo por la inflación.
Endeudarse para comprar un coche nuevo.
Hemos conseguido nuestro primer trabajo y para celebrarlo compramos un coche nuevo que no necesitamos. Ya tenemos un salario y podemos empezar a gastar, porque tendremos dinero en un futuro.
Ese nuevo vehículo es deuda mala, ya que al segundo día de salir del concesionario ha perdido un 20% de valor, que se irá incrementando con el paso del tiempo. Además, un coche no genera ingresos, pero sí muchos gastos, como el mantenimiento, seguro, plaza de garaje, gasolina…
En definitiva, pagamos intereses para comprar algo que saca dinero de nuestro bolsillo.
Si el coche fuera para trabajar y le sacáramos un beneficio económico sería deuda buena.
Endeudarse al 2% para invertir al 5% después de impuestos.
Es fácil saber que esta inversión se trata de deuda buena, ya que por cada dos euros de gasto por intereses estamos generando 5 €.
Si esta inversión tiene poco riesgo y muchas probabilidades de salir bien deberíamos llevarla a cabo.
Endeudarse para comprar los regalos de navidad.
Es apalancamiento financiero malo, recomendamos encarecidamente ahorrar para financiar los gastos de consumo y regalos. En cambio, preferimos endeudarnos única y exclusivamente para comprar objetos que aumentan su valor.

¿La deuda mala, siempre es mala? Coste de oportunidad
Como ya hemos comentado, es recomendable endeudarse siempre para adquirir activos que pongan dinero en nuestro bolsillo, ya sea mediante revalorizaciones de esos bienes o por rentas que nos generen. Sin embargo, en ocasiones se dan casos donde si es bueno adquirir deuda mala, ya que existe un coste de oportunidad.
Poniendo un ejemplo, imaginemos que tenemos nuestros ahorros en un depósito exclusivo que nos da un 5% (algo impensable hoy en día) y necesitamos un nuevo ordenador para trabajar porque nuestro equipo antiguo ha dejado de funcionar.
La empresa que nos vende el portátil nos lo ofrece en cómodos plazos durante un año con un interés del 2%, y nuestra cuota no nos genera ningún problema con nuestro sueldo actual.
En este caso, la mejor decisión sería destinar nuestro ahorro al depósito y financiar la compra, pues esa deuda mala la hemos convertido en buena con el depósito y estamos ganando dinero gracias a esa financiación.
Intereses al 0% y sin comisiones. ¿Debo aceptar?
En ocasiones observamos promociones en la que se nos venden artículos a pagar en cómodos plazos con un 0% de intereses y sin comisiones.
Esto es excelente siempre y cuando encontremos una inversión que nos pague más de ese 0% sin riesgo y no nos genere quebraderos de cabeza por recibir dinero cada mes. En ese caso la mejor decisión es aceptar, e invertir el efectivo que tenemos para que nos genere una renta.
La deuda buena no siempre lo es.
Si la deuda mala no siempre es mala, la buena tampoco siempre es buena. Esto ocurre si cometemos “locuras” adentrándonos en una inversión en la que pecamos de “exceso de confianza”, perdiendo dinero por el camino.
Como ejemplo podemos poner a una persona que se financia al 5% para invertir en una empresa de bolsa que le da un 6% de dividendo. Si esta empresa recorta el pago de efectivo porque tiene menos beneficios de los esperados y además cae en bolsa, la deuda buena se convierte en mala.
Con esto no estoy diciendo que no haya que endeudarse para invertir en bolsa, pues es mejor hacerlo para esto que para comprarse un coche. Si digo que la gran mayoría de personas no debería hacerlo ya que no tienen el conocimiento adecuado.
La hipoteca de nuestra vivienda habitual

Hay quien defiende que la hipoteca de una vivienda en la que vivimos es deuda mala, como Kiyosaki. En mi opinión, siempre va a haber un depende, porque hay muchísimas variables.
- Es deuda buena si la vivienda se ha comprado a muy buen precio, no se tenía el dinero en efectivo ahorrado y se pagan intereses bajísimos, por lo que compensa frente al alquiler. Esto hace que muy probablemente se revalorice en el tiempo y estamos ahorrando frente al alquiler.
- Si pagamos más por el alquiler que por los intereses de nuestra hipoteca, tendremos que hacer cuentas, dependiendo de los plazos de la hipoteca, para ver si es deuda buena o deuda mala. Es probable que sea la segunda.
En cualquier caso, comprar una casa y más para vivir, suele ser beneficioso, porque todos necesitamos un hogar.
Además, por el efecto de la inflación, este tipo de activos tiende a revalorizarse a largo plazo, dependiendo siempre de otros factores como el precio pagado y la zona donde se ubique.

Ventajas e inconvenientes del endeudamiento.
Al endeudarnos tenemos una serie de ventajas, como las siguientes:
- Nos permite llegar antes a nuestros objetivos si tomamos las decisiones financieras adecuadas.
- Puede mejorar nuestro nivel de vida si usamos bien la deuda.
- Es útil usar deuda si podemos generar mayor rentabilidad con nuestro efectivo.
- Nos permite comprar activos que tendríamos que esperar años para adquirirlos sin apalancamiento.
En cambio, tiene inconvenientes importantes:
- Puede generar desorden en nuestras finanzas si no se usa de manera adecuada.
- Puede generarnos la sensación de que tenemos mucho dinero cuando la realidad es que es del banco.
- Podemos tener problemas si perdemos el empleo y no tenemos activos para vender ni rentas suficientes para hacer frente a las cuotas.
- Es adictivo, pues genera sensación falsa de riqueza.